jueves, 30 de diciembre de 2010

Consejo número 4

Decir la verdad siempre es duro, pero no decirla lo es aún más. Hay que ser más sincero con uno mismo, viajar más a menudo a nuestro interior y buscar aquello que ansiamos, que realmente deseamos y luchar por ello.

Ser sincero con uno mismo es más complicado que serlo con los demás, porque tenemos miedo de hacernos daño, y darse cuenta de según qué cosas, nos asusta y nos hiere porque trunca nuestros planes y nos descoloca.

martes, 28 de diciembre de 2010

Consejo número 3

Decirle y demostrarle a alguien lo importante que es para ti y lo mucho que lo quieres , no es signo de flaqueza; es el mejor regalo que puedes hacerle a la otra persona, pero también a ti mismo.


jueves, 23 de diciembre de 2010

Consejo número 2

Hay que decir siempre lo que se piensa y se siente, no es bueno guardarse las cosas, porque quizás luego sea tarde para decirlas, porque quizás las pérdidas de nuestro silencio sean irreparables.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Demasiadas gaviotas

Un día traté de contar las gaviotas que veía pasar desde mi ventana, preparé una silla cómoda, una buena taza de café, y una cámara de fotos. Me senté decidida a pasar toda la tarde, contemplando el maravilloso día, y contando las gaviotas que pasaban cerca de mi casa....1...2...3...4...llevaba casi dos horas sentada en la silla, y sólo había visto pasar 4 gaviotas. Me sentí decepcionada, defraudada; hacía unas semanas había conocido a un chico y sin saber por qué nos pusimos a hablar de gaviotas; no tenía ningún sentido esa conversación, al igual que tampoco lo tenía el modo en que nos habíamos conocido. El caso es que estuvimos discutiendo largo rato, sobre la cantidad de gaviotas que se podrían ver desde nuestras casas (entendiendo que ambos vivíamos cerca del mar), él decía que 1000...¡alá! le dije yo...si acaso unas 100, y ya me parecían demasiadas...el caso es que apostamos a ver quién contaba más gaviotas desde su ventana. ¡4 gaviotas!, dos horas para 4 gaviotas...seguro que él no ha contado muchas más, pensé. Decidí pasar un rato más por si podía ver alguna más, y en la otra hora que permanecí allí, no divisé más de 2 gaviotas. Bueno, 6 gaviotas, a ver cuántas ha contado él...Cuando nos volvimos a ver, me dio un trozo de papel con el número 6. ¿Qué? - le dije yo. - 6 gaviotas, son las que conté aquel día- añadió él. Igual que yo, pensé. - Yo conté 6 también. Lo sé, me dijo él mientras esbozaba una sonrisa. - Las envié yo a tu casa, para que te hicieran compañía. Sí claro, le dije, y dijo que era mentira, que fue el primer número que se le ocurrió.
- ¿Y dónde irán?- me preguntó, dudé unos instantes, -mmm no sé, y mejor por qué no preguntarse a dónde no irán por ir dónde van. Y seguimos allí, discutiendo sobre gaviotas, sobre playas desiertas, sobre citas perfectas, sobre elefantes de trompas caídas...
Cuando llegué a casa, abrí el balcón para sofocarme un poco, y me quedé blanca cuando ví que había 6 gaviotas apoyadas sobre la barandilla.


Desde entonces siempre que me asomaba estaban ahí, quietas, mirándome, como si quisieran darme algún mensaje, algo que alguien trata de decirme. Ahora han dejado el balcón para meterse dentro de este blog, para hacerme recordar siempre que lo importante no es contar las gaviotas que pasan por tu ventana, sino que es mejor preocuparse por aquellas que se quedan.

--&--basma--&

jueves, 11 de noviembre de 2010

Consejo número 1

Es mejor no escribir nada cuando uno tiene el corazón y el pulso acelerados, es mejor esperar a que se enfríe la sangre y la cabeza, dejar reposar las ideas en la mente permite que éstas cojan mejor forma y mayor sentido, y así te aseguras de que lo que finalmente escribas sea todo aquello que realmente quieres contar.

martes, 14 de septiembre de 2010

pequeña criatura


Pequeña, diminuta, una ínfima partícula de polvo que al contacto con la atmósfera se convirtió en una estrella fugaz; un minúsculo grano de arena que resbalaba entre mis manos; como aquella piedrecita que suele colarse en mi zapato cuando voy andando por el camino que me conduce a casa; como esa lágrima que resbaló por la concavidad de mi mejilla y acabó muriendo entre mi regazo, junto a su mano; una milésima de segundo en que el tiempo se detuvo y pude disfrutar de aquel momento, recreándome en cada detalle, cada gesto, cada movimiento...


Imposible describir aquel sentimiento, no existe palabra en nuestra lengua, ni seguro en cualquier otro idioma, que pueda resumir en un conjunto de simples y mundanas letras, una relación de fonemas sinsentido que pueda utilizarse para etiquetar lo que sentí aquel instante en que todos mis sentidos pudieron disfrutar de aquel ansiado encuentro.



{ To M.L.P...la mia raison d'etre }

domingo, 25 de abril de 2010

Ne me quitte pas

Aquella mañana se despertó a la misma hora que todos los días, desayunó lo mismo que todos los días, se duchó y se vistió con una ropa parecida a la que se vestía todos los días.

Salió de casa, con prisa porque llegaba tarde, como casi todos los días; llegó a la estación de metro y aún faltaban 3 minutos para que pasase el siguiente metro, como todos los días. Llegó tarde a clase, como todos los días.

Comió un bocadillo de jamón de york y queso, y cogió el autobús para ir al trabajo, el 52, el mismo que cogía todos los días. Saludó a su jefe y se sentó delante del ordenador con una taza de té, de cerezas, como todos los días.

4 horas más tarde, cogió su maletín y se fue a casa, donde la esperaban su gato y su soledad, como todos los días.

Entró a la cocina, abrió el cajón y sacó el frasco de pastillas para la depresión que le había recetado su psicólogo, como todos los días...debería haber tomado una...como todos los días...pero quizás estaba cansada de que todos los días fuesen iguales...


ya nada sería como todos los días...

domingo, 28 de febrero de 2010

Para los que están aquí, para los ausentes

Esperadme....

allí donde estéis...

esperadme...

porque algún día volveré a veros y me podréis contar lo que habéis hecho en estos años...yo no tendré que contaros nada porque sé que habréis visto cada instante de mi vida...me habréis acompañado en cada paso que he dado...habréis disfrutado de mis risas...y llorado con mis llantos...os habréis emocionado conmigo...y os habrán decepcionado mis malos actos...seguís aquí, donde siempre habéis estado...en mi corazón...en mi alma...en mis recuerdos...en mi memoria...

esperadme...

y cuidad a los que nos dejan...

a los que ahora os acompañan...

algún día dejaré de lamentarme por las despedidas que no se produjeron....ya no serán necesarias...porque estaremos juntos otra vez...

Eterna Condena

Cuando mentimos no lo hacemos por temor a ser juzgados por los demás...


sino porque ya nos hemos juzgado y nos hemos condenado nosotros mismos...




{reflexiones de Domingo}

sábado, 6 de febrero de 2010

Principio de incertidumbre

Salió de casa como todas las mañanas, con prisas, comprobando que las llaves se encontraban en algún recóndito lugar de su bolso. Un último vistazo al espejo antes de salir; las costumbres son las costumbres. Era una mañana cálida y abierta que contrastaba con lo gélido de sus manos; nunca supo explicar por qué las tenía siempre tan frías. Cerró la puerta a sus espaldas con un golpe seco, fue entonces cuando se percató de que no había cogido ni siquiera una rebeca o algo de abrigo. “¿Para qué?”- pensó. “ Voy a volver pronto, no me hará falta”. Subió al autobús, que olía como siempre, a una mezcla de pereza y rutina que no hacía sino aumentarle las ganas de abrir las ventanillas y gritar con fuerza. Pero en lugar de ello se sentaba y observaba la calle tras el cristal con la mirada perdida. Y mientras sus ojos huían, sus oídos descifraban a lo lejos el ruido procedente del fondo del autobús, las voces que se elevaban por encima de las cabezas y enturbiaban el ambiente aún más; como si la presencia de toda aquella gente no fuera ya suficiente para ella.

“Tengo que llamarlo. No puedo posponerlo más”- pensaba. Pero el miedo al fracaso siempre había hecho mella en ella. Era una mujer débil, ella lo sabía, todos lo sabían, y eso la dejaba en muy mal lugar frente a lo cruel de la vida. Pero hoy se había levantado con un atisbo de valentía en sus ojos; son cosas que le ocurrían con muy poca asiduidad pero había que aprovecharlas, no estaba en condiciones de dejarlas pasar. Cogió su bolso y bailó su mano dentro de él hasta que encontró el teléfono; nunca consiguió poner orden en aquel pequeño mundo que montones de papeles y envoltorios de chicle habían creado ahí dentro. Se incorporó un poco e introdujo la otra mano en el bolsillo de su pantalón, buscando con sus fríos dedos un trozo de papel que quiso no encontrar en aquel momento; no obstante seguía allí, justo donde lo dejó un par de semanas atrás a la salida de aquella cafetería. Ese gesto le permitió ver que el autobús se había vaciado considerablemente, y se percató de que sólo faltaban dos paradas para llegar a su destino.

“Tan sólo marca Carla, sólo tienes que marcar, una vez que descuelgue ya te saldrán las palabras oportunas”- se repetía mentalmente- aunque ella sabía que había poco de verdad en todo aquello y que llegado el momento las palabras se amontonarían en su cabeza, abriéndose paso a empujones. A pesar de todo, le quitó las arrugas a aquel papel que había sacado de su bolsillo; nueve dígitos desfilaban uno tras otro en un borrón de tinta. Sujetó el teléfono todo lo firmemente que pudo y marcó aquellos números con una rapidez asombrosa para disimular el temblor de sus manos. Respiró hondo. “Voy a colgar”- se decía. “No, no te eches atrás, hoy no...” Y entonces la señal del teléfono se vio interrumpida por una voz ronca, profunda...

- Sí?

El temblor de las manos se le fue a los labios, ya no había vuelta atrás... Un hilo de voz salió de su garganta en un suspiro...

- Mario? Soy Carla... Tengo que decirte algo importante. ¿Podemos vernos en la cafetería de la última vez?

Los segundos que Mario tardó en contestar se le hicieron eternos.

- Claro. De hecho yo también quiero verte. He pensado mucho en ti.

Aquellas palabras sonaron en la cabeza de Carla a música celestial. De repente sus miedos se evaporaron, aunque podía afirmar que aún seguía nerviosa tras colgar el teléfono. Levantó la cara, sus labios dibujaban una radiante sonrisa. Y entonces se dio cuenta de que había llegado a su parada. Recogió su bolso rápidamente y salió del autobús. Y cuando respiró una vez fuera ya nada le olía a rutina sino a la más dulce de las emociones...



{ un relato de Ítaca}

domingo, 24 de enero de 2010

Aristóteles dijo:

"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas."

Y quién soy yo para cuestionar a uno de los más influyentes filósofos de la historia...


Si tenemos la misma alma...no es necesario malgastar palabras para comunicarnos...nuestros ojos hablan por nosotros...nuestros gestos...nuestros silencios...nuestros vacíos...

Si tenemos el mismo corazón...sabemos lo que sentimos sin necesidad de contarlo...sabemos lo que pensamos sin tener de expresarlo...sabemos lo que sufrimos y sabemos ayudarnos...


{bendito el destino que te puso en mi camino}

domingo, 17 de enero de 2010

La insoportable levedad del ser

Ha salido el sol; después de varias semanas de intensas lluvias, parece que se ha cansado de estar encerrado y ha decidido brillar de nuevo en lo alto del cielo.
A través del cristal impoluto de mi ventana, se filtran los rayos de luz que me calientan la cara y el corazón. Este corazón mío, que durante una larga temporada ha seguido latiendo a duras penas, atrasando cada vez más su sístole y su diástole; helado, gélido, sufriendo de Histeria Siberiana...al igual que yo.
No recuerdo el día en que salí a la calle por última vez, ni cual fue la última palabra que crucé con otro ser humano, ni tan siquiera recuerdo el motivo por el que un día decidí abandonar mi suerte a la soledad de esta sombría y silenciosa habitación...o mejor dicho, trato de autoconvencerme de que no me acuerdo, aunque no deje de pensar en ello cada día de mi vida.
Todo se produjo muy rápido, casi sin que me diese cuenta, pasé de ser una persona feliz y alegre a odiar todo lo que me rodeaba. Nadie me entendía, no había explicación alguna que justificara mi modo de actuar. Me sentía muy sola, como si nadie me comprendiera realmente; no había encontrado a la persona con la que quisiera compartir todo lo que se me pasaba por la cabeza.
Con frecuencia, en la mente se me agolpaban infinidad de pensamientos negativos, cada día que pasaba viviendo se hacía más grande mi desilusión por la vida y por todo aquello que me rodeaba. Fue un proceso continuo, una apatía angustiosa que se instaló en mi vida, con la cruel intención de no abandonarme jamás. Poco a poco me fui dando cuenta de que las personas a quienes amaba no eran como yo creía, que las cosas que la gente decía no eran sinceras, que todo estaba cubierto por una hipocresía inexplicable que enturbiaba hasta los sentimientos que siempre había creido sinceros.
Me había sumergido, sin quererlo, en un mundo que me resultaba apestante, odioso y malvado, y decidí no permanecer en él ni un segundo más, no quería que me contaminara el corazón, que creía haber tenido siempre impuro.
Pero cuando me di cuenta de todo esto, ya era demasiado tarde, me había convertido en la clase de persona a la que tanto odiaba; no fui consciente de ese cambio, sino prometo que hubiese hecho cualquier cosa por evitarlo.
Era tarde, lo sabía, pero también tenía claro que no quería seguir viviendo en ese mundo tan sucio. Barajé todas las posibilidades que tenía a mi alcance para terminar con mi sufrimiento, mas la única sensata, y en la que nadie aparentaba salir perjudicado, era la de encerrarme en una habitación para el resto de mis días.
Al principio fue duro, mis padres pensaron que estaba loca, mis amigos no me entendían, y trataron de convencerme para que no lo hiciera recurriendo a los chantajes más absurdos. Pero ya había tomado aquella decisión, no iba a producirse nada que cambiara mi parecer.
Mis días trascurren entre libros y vinilos, entre hojas y plumas, entre silencios y más silencios; de vez en cuando alguna ojeada por la ventana al jardín de casa, pero siempre cuando es de noche y tengo la certeza de que mis ojos no se cruzarán con los de ninguna persona.
Cada día mi madre aparca una bandeja junto a la puerta y se espera escondida detrás la escalera por sí consigue verme, pero siempre dejo pasar el tiempo hasta que la oigo marcharse escaleras abajo, entonces salgo y como la comida fría que mi madre ha cocinado con cariño. Todo me sabe a lo mismo, a mentira, a reproche, a hipocresía...
Sólo ahora, 3 años después, me planteo si fue la mejor opción tomar este camino, sino hubiera sido mejor dejar mi vida a un lado cuando estaba a tiempo. Ahora, sé que no voy a seguir con vida mucho tiempo, y lo mejor de todo es que estoy deseando que llegue ese momento.

sábado, 16 de enero de 2010

No me canso de esperar...

En los últimos meses habían vivido muchas cosas juntas, más de lo que ninguna hubiera imaginado jamás, pero aún así, las cosas no eran fáciles entre ellas.

Había muchos motivos que impedían su amistad, muchas personas que no veían con buenos ojos aquella relación que se había forjado de la nada. Pero la realidad, es que cuando estaban juntas era como si el tiempo se detuviera, como si cada encuentro fuese el primero, como si nunca terminaran de conocerse plenamente...

La verdad es que era raro hacer entender a las demás personas, que a pesar de que se conocían de hacía poco tiempo, era como si se conocieran de toda la vida...como si su mundo hubiera estado conectado desde que nacieron...se trataba de una interconexión extrasensorial...o como se le quiera llamara...simbiosis...clon...El caso es que ni ellas mismas lo entendían, pero el caso es que tampoco necesitaban comprenderlo.

No había palabras forzadas, ni gestos preparados, ni regalos cumplidos...todo entre ellas fluía natural, y todo lo que hacían la una por la otra estaba cargado de un especial amor desinteresado; ninguna esperaba nada de la otra, mas se regalaban en halagos sentidos.

Cuando las veías juntas, era como observar lo armónico de la naturaleza, en donde nada está preparado y todo surge espontáneo...y por ese motivo más bello aún.

Eran asquerosamente parecidas, como a mí me gustaba decirles a veces, y aunque a ellas no les gustara, era la pura realidad.

Un día, no sabría decir cómo ni por qué, se formó una barrera entre ellas, incalculable era el amor que se profesaban la una por la otra, pero todos sabemos que las cosas no son siempre del todo fáciles, y hay cosas que cuesta explicar hasta a tus amigos más queridos.

Parece que no haya pasado el tiempo, lo recuerdo como si hubiese sido ayer...

Pero no penséis que eso fue un problema para ellas...las cosas continuaron bien entre ellas, y todo terminó como terminan todos los cuentos...como todas aquellas películas en las que se casan los protas y viven felices para siempre...

No fue su caso el de la boda, bueno sí, pero cada una con su pareja...y hasta el día de hoy...5o años después y aún siguen contando las lunas que les faltan para verse...

puede que algún día dejen de contarlas...porque las dos estarán en la misma luna para siempre...



{todo, siempre...para TI...}
Siempre con la certeza de que otro mundo es posible.

a donde las ventanas siempre están abiertas

Vivo un sueño del que no quiero despertar...

Estoy en una nube de la que no quiero bajar...

Tengo pájaros en la cabeza pero no los quiero espantar...

Amo cosas que sé que no se pueden amar...

Busco respuestas que sé que no voy a hallar...

Añoro los besos que sé nunca voy a dar...

Espero el momento que sé que no va a llegar...

¿y qué hago ante todo esto?

permanecer inmóvil y dejar que las cosas sigan su propio rumbo...no forzar nada...dejarme llevar por las circunstancias del momento y disfrutar de cada instante de la vida...


sé que no siempre hago lo correcto...pero al menos hago lo que quiero...y ahora eso es lo único que me importa...



{de un ROJO aún más intenso}

domingo, 10 de enero de 2010

Hermosa Locura

y volver a fundirnos en un beso...

mientras las sombras de la noche son testigo de esta pasión prohibida...

donde sólo tú y yo somos culpables del pecado que hemos cometido...

no hacen faltan palabras, porque el silencio es más claro que nuestras propias voces...

nuestras miradas queman las sábanas que hemos manchado con nuestra indecencia...

hemos perdido la razón...o quizás nunca llegamos a encontrarla...

no tengo miedo de ir al infierno si tú me sigues...

quizás todo se nos ha ido de las manos...hemos sucumbido a la tentación...

pero sigues siendo tú, y yo... y debería bastar con eso...qué más da todo lo demás...

aquellos Domingos


Hay muchos tipos de domingo...

hay domingos "extraños"...

domingos Astrománticos...

están los falsos domingos...

los días de Domingo...
los domingos express...

los famosos domingos de resaca¡¡¡...

los domingos domingos...



...pero en general...todos ellos son días tristes...en los que no apetece hacer nada...en los que nada de lo que hagas es suficiente para hacerte olvidar el día en que vives...en los que siempre se nota una chispa de nostalgia...en los que siempre te viene a la cabeza algún momento del pasado...algo que te atrapa y te congela en alma por unos instantes...


...pero ya los domingos no hacen tanto daño...ya los domingos son un día más de la semana...en los que se hacen cosas que realmente apetecen hacer...en los que no duele tanto que la semana llegue a su fin...porque eso significa que otra nueva comienza...que nos quedan muchos días aún por descubrir...muchos momentos por vivir...muchas cosas que contar...
{en este domingo ROJO en el que no estás tú}

jueves, 7 de enero de 2010

Amarga dulzura

Ahora estoy aquí, tan lejos de tí...que ni logro imaginarte...
Tu cara no es más que un borrón en mi pensamiento, una mancha inocua que va desapareciendo por momentos.
Trato de recordar tu voz, pero sólo me llega una lejana melodía descompasada; intento recuperar en mi mente el sabor de aquellos besos...mas no consigo llenar mi paladar de algo dulce.
Imagino tus manos acariciando una vez más mi piel y noto cómo aún queman esas falsas caricias; mi cuerpo se sigue estremeciendo cuando evoca la calidez de los primeros encuentros.





{un día cualquiera, de camino a casa}

martes, 5 de enero de 2010

Carpe Diem

"Nunca apreciamos los pequeños milagros con los que la vida nos sorprende cada día...
nos quedamos muchas veces atrancados en el pasado, lamentándonos de cosas que ya no tienen remedio...o vivimos añorando un pasado feliz, pensando día a día las cosas tan bonitas que vivimos...o bien,vivimos soñando por un futuro de ensueño, en el que todos nuestros deseos por fin se hacen realidad...

¿¿¿NO SERÍA MEJOR VIVIR EL PRESENTE???


El pasado no puede cambiarse, fue lo que fue, y por muy dulce o muy amargo que ahora nos parezca, poco podemos hacer por cambiar algo...el futuro, siempre es maravilloso, porque no es algo tangible, es nuestra mente creando para nosotros todo aquello que ansiamos...pero no siempre termina ocurriendo lo que soñamos, no siempre acabamos nuestra vida con aquella persona a la que le juramos amor eterno...no siempre conseguimos el maravilloso trabajo para el que tanto nos preparamos...no siempre conseguimos la casa que queríamos tener...
por eso tanto el pasado como el futuro sólo nos hacen heridas, algunas casi imposibles de curar, otras que se esfuman con el aire... por eso sería mejor concentrarse en lo que estamos viviendo AHORA, y disfrutar de las cosas que nos pasan, sin compararlas con el pasado, y sin desearlas para el futuro...si vivís atentos a lo que sucede a vuestros ojos, quizás tengáis vuestro primer encuentro con un ángel, sino os perderéis ese momento para siempre...."

lunes, 4 de enero de 2010

sin más


Llueve...y estoy en casa...todo apunta a que es domingo...pero noo¡¡¡ es uno de esos falsos domingos en los que el ambiente es más triste que en un domingo auténtico (si cabe).


Escucho la banda sonora de mi película favorita...Amelie...no podía ser otra...


Estoy invadida por un sentimiento de tristeza y melancolía (no muy diferente del que se palpa en el ambiente), algo me ha llevado a rebuscar entre mis recuerdos...y me encuentro ahora tirada en la cama, releyendo diarios, cartas, tarjetas...viendo fotografías,e impregnándome de viejos recuerdos...años que quedaron en el pasado...momentos que ahora recuerdo con nostalgia y con alegría...personas a las que amé...amigos a los que perdí de vista...lugares en que habité y otros que visité...


La valse d'Amélie, versión piano (of course), se intensifica en mis oídos...las teclas hundidas en el piano (con esa pasión de mi amigo Yann) me arrastran al mundo ROJO, aquel mundo en el que sólo estoy yo...dónde nadie me molesta...y puedo sentarme y pensar en mi vida...siento una gran alegría al poder revolver entre mi pasado y no encontrar nada que me haga daño, qué satisfacción¡¡¡


Trabajo de paciencia y tiempo...sólo eso...buenas compañías...y también un poco de cariño de la familia y los amigos...


Vuelvo a mirar por la ventana...el tiempo no pretende concedernos una tregua...sigo con la falsa idea de que es domingo metida en la cabeza...pero al menos el sentimiento de tristeza ha desaparecido...sólo dos días...y volveré a retomar mi vida...la nueva vida que he construido por mí misma y de la cual estoy muy orgullosa...


Soy feliz...de eso es de lo único que estoy segura...



desde ese mundo ROJO en el que sólo estoy yO

Hoy

Hoy, dormida sobre los espejos,
he soñado que abrazaba tu cuerpo
y le hacía el amor a tu alma.
Hoy, acariciada por el reflejo de tu ser,
he recordado todas las noches de mi vida
en las que fuiste mío y te diste a mí.
Hoy, callada y silenciosa sobre la luz,
te he dicho que te quiero en soledad,
deseando despertar al otro lado.
Hoy, dormida sobre los espejos,
quería que ellos fueran nuestra cama
mecida por el reflejo de mis sueños.
Hoy, susurrando tu nombre en un rezo,
he sentido todo el dolor de tu ausencia
perdida de nubes y esperanzas marchitas.
Hoy, al despertar de ese pasado,
he visto mi sombra transparente
caminando descalza hacia la muerte.



(Fragmento de "Rabia" - Jordi Sierra i Fabra).

sábado, 2 de enero de 2010

Año nuevo

No podré contar que ocurrió ayer.
Fue hace tanto tiempo que el sol se ha vuelto a poner.
Embobado acaricio la piedra que encontré, todos duermen pero ella con el ruido no la pudo ver. Con vivos muertos, brindando juntos por un año más un año menos, que dolerse de esta herida y de esta luz.
Ella llegó tarde no vió a nadie, fue directa a dormir.
En vez de su piedra, encontró una fiesta en su salón.
Con vivos muertos, brindando juntos por un año más un año menos, que dolerse de esta herida y de esta luz.
Con vivos con muertos con vivos, con muertos, con vivos, con muertos, con vivos, con muertos, con vivos, con muertos, con vivos, muertos brindando juntos por un año más, un año menos, que dolerse de esta herida y de esta luz; con vivos , muertos, brindando juntos un año menos que dolerse de esta herida y de esta luz.


(Año nuevo-Vetusta Morla).